Por qué los jóvenes se sienten atraídos por el cigarrillo?
Los daños que genera el tabaquismo constituyen una preocupación remota para los jóvenes que viven el presente y no se sienten aludidos por la enfermedad y la muerte. Esta actitud además es reforzada porque el cigarrillo es tomado como un medio para sentirse adulto, encontrar amigos, desafiar la autoridad, reafirmarse en el grupo de amigos, etc. Puede ser también un desafío a las prohibiciones impuestas por los padres (“Yo fumo si yo quiero”). No se debe olvidar entonces que a los que usualmente se acude, como las razones de salud, no son suficientes para convencer a un adolescente de dejar de fumar.
Algunos adolescentes asumen posturas altamente moralistas frente al tabaco, el alcohol o las drogas. Sin embargo esto no es garantía de que en un futuro cercano puedan caer en alguno de estos vicios. La pretensión de ejercer cierto control sobre sí mismos y sobre el ambiente que los rodea es una característica propia de los adolescentes. Además los jóvenes creen tener el control de todo, inclusive su consumo de tabaco (“dejo de fumar cuando yo quiera!”).
¿A partir de qué edad le podemos hablar a nuestros hijos sobre el consumo de tabaco?
Los padres puedan abordar el tema de consumo de tabaco con sus hijos a partir de los 8 o 9 años de edad. Pero no hay una regla para todos. Lo más importante para tener en cuenta es una actitud abierta y enfatizar claramente al niño que los padres están dispuestos a hablar en cualquier momento.
¿Cómo hablar de tabaco?
Más que prohibir por prohibir, se trata principalmente de dialogar con los hijos. La autoridad sobre este tema se debe ejercer a través del dialogo. Por lo que es importante propiciar un ambiente de confianza para que el adolescente pueda expresar todas sus inquietudes. Los jóvenes se sentirán más cómodos para hacer preguntas y estarán más abiertos a recibir consejos, no solo sobre el tabaco sino sobre cualquier otro tema. Aunque los adolescentes a veces manifiesten el deseo de oponerse a la autoridad o a los discursos morales, igualmente tienen necesidad de puntos de referencia para tomar sus decisiones. Gracias a los diálogos, el adolescente puede comprender los peligros ligados a ciertas situaciones , comportamientos o experiencias, aún sino las ha vivido él mismo. Es importante atribuir la importancia adecuada a las dificultades que viven los adolescentes. Con relación a la información a trasmitirle a los hijos sobre el tabaco, se trata principalmente de preguntarse con ellos las razones por las que no se debe fumar y motivarlos a que ellos mismos busquen sus propias fuentes de información.
¿Qué hacer si su hijo fuma?
- Trate de mantener la prohibición del consumo de cigarrillo en la casa y de explicarle la razón que es la de lograr un espacio libre de humo en beneficio de todos. La prohibición limita las ocasiones para fumar y puede retardar la dependencia. Además puede ejercer una cierta presión para que el joven se motive a dejar de fumar.
- Informe a su hijo sobre las ayudas posibles.
- Puede proponerle consultar un médico que lo ayude a dejar de fumar.
- Evaluar con su hijo cuánto gasta en cigarrillo y con esa misma cantidad qué pudiera adquirir si dejara de fumar.
- Por sobretodo mantener el dialogo a todo lugar.
¿Cómo la industria de tabaco enfoca su publicidad en los adolescentes?
Los jóvenes son un público objetivo para la industria del tabaco, ya que son ellos los consumidores del mañana.
Para llamar la atención de los jóvenes, la industria ha desarrollado estrategias de mercadeo muy elaboradas como creación de marcas de ropa, patrocinio a eventos deportivos, utilización de celebridades como imagen, distribución de muestras gratuitas, adaptación del diseño grafico de los paquetes a los códigos de comunicación de los adolescentes entre otras.