Sí. Si hay quienes fuman a su alrededor, o sea si usted tiene contacto con el humo del cigarrillo, usted es un fumador pasivo y la incidencia de ese humo afecta su salud de la misma forma que al fumador directo.
Los fumadores pasivos también se mueren por causa del humo del cigarrillo. En el hogar y en el entorno laboral el humo del cigarrillo debe estar prohibido.
La exposición al aire contaminado por el humo del tabaco supone un aumento del 30 por ciento de riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.
Además, según estudios realizados en Europa, el riesgo de padecer cáncer de pulmón es de un 20 a un 50 por ciento más elevado en quienes conviven con personas fumadoras.
Si usted vive con alguien que consume una cajetilla diaria es como si fumara también nueve cigarrillos.
El humo de tabaco de segunda mano es una amenaza real y considerable para la salud pública. Los niños corren riesgos particulares. La exposición de los niños al humo de tabaco puede causar afecciones respiratorias, enfermedades del oído medio, ataques de asma y síndrome de muerte súbita del recién nacido.
Por estas razones nuestro principal objetivo es la promoción de ambientes libres de humo. Pero esta debe ser una campaña de toda la comunidad. Todos debemos informarnos sobre la ley existente relacionada con los ambientes libres de humo para hacer parte del control social y educar a toda la población.