Aprender a cuidarse puede ser una nueva definición de la esencia del ser humano como actitud fundamental hacia sí mismo y hacia el mundo.
Eufemísticamente podríamos decir que vivimos en modo descuidado y la propuesta que planteamos es vivir en modo cuidado,
como el estado esencial del ser humano para garantizar su sobrevivencia y la del mundo que lo rodea.
Pensadores como Martín Heidegger y Leonardo Boff han abordado este planteamiento del cuidado como un nuevo paradigma de lo humano y de su esencia, desde la perspectiva que los seres humanos tenemos una cualidad natural para el cuidado por nuestra naturaleza finita, porque nos vamos a terminar, porque nuestra vida es limitada.Por lo tanto, para conciliar entre la dimensión terrenal y la dimensión espiritual del ser humano y lograr ser trascedentes, el cuidado se convierte en la posibilidad de conciliar lo terrenal y lo espiritual.
Somos seres finitos, la vida se acaba, pero no sabemos cuándo,al punto que la muerte es uno de los escenarios que mayores enigmas despierta. Cuidarse surge como el bien supremo para prolongar la vida, para alargar el bienestar, para evitar predisponerse a perder la salud, para reducir la aparición temprana de factores de riesgo, para educar con el ejemplo,
para ser referentes, para vivir mejor y para promover actitudes que permitan conquistar uno de los mayores anhelos del ser humano que es la felicidad.